Hércules es un film animado de Walt Disney Pictures del año 1997, se trata de la película número 35 de la factoría Disney. La banda sonora de la película corre a cargo de Alan Menken del cual hemos escuchado otras melodías Disney. Está basada en la clásica mitología griega y cuenta la historia de Hércules, un hijo mitad mortal de Zeus. Cuando el señor del inframundo, Hades, planea destruir a Zeus, da un vistazo hacia el futuro y le dicen que la clave de su éxito será detener a Hércules antes de que sea demasiado tarde. Hércules es dejado por su padre en la Tierra para protegerlo de los seguidores de Hades, y allí crecerá criado por unos granjeros, con su fuerza sobrenatural. Pronto descubrirá su destino y sabrá quién es en verdad.
HISTORIA MITOLÓGICA DE HÉRCULES
Mucho antes de que apareciesen Spiderman, Superman, Batman o el Capitán América, la mitología griega está llena de superhéroes, hombres excepcionales con capacidad sobrehumanas que ponían toda su fuerza, su coraje y su astucia al servicio de los demás. Héroes que salvaron a la humanidad de calamidades, de monstruos y demás terrores y que eran capaces de devolver la armonía a un mundo herido. Héroes como Perseo, Ulises, Belerofonte, Teseo, Jasón... pero sobre todos ellos destacó la figura de Heracles -Hércules para los romanos-, el más fuerte y valeroso de cuantos héroes hayan existido. Hoy vamos a comenzar a contar su historia, que la verdad da para mucho.
Hércules era hijo de Zeus, el Dios de dioses y como tal cuando nació recibió del resto de los dioses del Olimpo un montón de dones: le otorgaron valentía, ternura, bondad... pero sobre todas las cosas le otorgaron una fuerza descomunal que le acompañaría y de la que daría muestras toda su vida. Parecía que lo tenía todo para que la vida le sonriese, pero hay un pequeño detalle que no os he contado: Hera, la mujer de Zeus odiaba a Hércules, y es que Hércules no era hijo suyo. Zeus había tenido un hijo con otra y esto Hera, celosa donde las hubiese, no lo podía pasar por alto. Que, ¿qué hizo? Pues como no podía enfrentar a su superpoderosísimo marido decidió hacerle la vida imposiblea Hércules. Y no os creáis que espero a que naciese.
Desde antes de nacer Hércules estaba destinado a ser rey. Así lo había prometido Zeus diciendo que el primer descendiente de Perseo que naciese sería el futuro rey de Argos. Hera no podía soportar la idea de que ese hijo ilegítimo reinase así que pidió ayuda a Ilitía, hija suya además de diosa de los alumbramiento, e hizo retrasar el parto de la mamá de Hércules y adelantar el de uno de sus primos, Euristeo, que nació sietemesino. No está mal la venganza, ¿verdad? Pues esto solo es el principio.
El nacimiento lo retrasaron todo lo que pudieron hasta que por fin Alcmena, así se llamaba la mamá de Hércules dio a luz en un parto de mellizos a Hércules y a su hermano Ificles. Y aunque ya le había desposeído de su reino, por la cabeza de Hera seguía rondando la idea de deshacerse de Hércules. El primer intento lo llevó a cabo cuando éste era un bebé de tan solo diez meses enviándole dos enormes serpientes a su habitación que se enroscaron en los cuerpos de él y de su hermano para matarles.
No os creáis que Hércules se asustó. Cuando entró Anfitrión, el marido de su madre en la habitación alertado por los gritos y llantos de espanto de su hermano, se encontró a los dos bebés jugando con los cuerpos de las enormes serpientes.
Hércules entre risas y como si de dos juguetes se tratasen, había cogido a cada una de ellas del cuello y las había estrangulado con la fuerza de sus manitas de bebé. Desde ese momento a nadie le quedó ninguna duda: Hércules era hijo de Zeus.
La leyenda del héroe comenzaba a forjarse.
Hércules continuó creciendo. Aprendió a usar el arco y las flechas, a luchar cuerpo a cuerpo y a tocar el laúd. Con dieciocho años alcanzó la nada desdeñable altura de cuatro codos y un pie, que serían más o menos un metro noventa y ocho centímetro de nuestro sistema de medición. Pronto sus hazañas, en las que siempre destacaba por su valentía y su fuerza descomunal, se fueron extendiendo. No era para menos Hércules había sido capaz ya de vencer, sin más armas que sus manos, a un inmenso león que devastaba los rebaños de Anfitrión, su padre adoptivo. Desde entonces la capa de nuestro héroe fue la piel de ese león.
Pero no contento con esto, cuando volvió a Tebas después de semejante hazaña se encontró la ciudad llena de enemigos. ¿Qué hizo Hércules? Luchar solo contra todo este ejército, y por supuesto vencer.
El rey de Tebas no podía estar más agradecido y le concedió la mano de Mégara su hija mayor, con que se caso y tuvo tres hijos. La vida de Hércules poseía todo lo que un hombre desearía. Era inmensamente feliz y aquí muy bien podía haber acabado la historia de no ser porque Hera seguía odiando de manera profunda a nuestro héroe y no iba a descansar hasta conseguir vengarse de él.
Llevaba años vigilándole, llenándose de odio con cada una de sus victorias, y maquinando la manera más cruel con la que poder vengarse. Por supuesto Hera encontró una forma terrible, la más espantosa, la más cruel que os podéis imaginar....
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