"Escalas y Arpegios" es el título de esta simpática composición musical que hace de banda sonora de la película "Los aristogatos" que Walt Disney produjo en el año 1970. El argumento dice así:
En París, en 1910, una gata llamada Duquesa y sus tres gatitos - Marie, Berlioz y Toulouse - viven en la mansión de la cantante de ópera retirada Madame Adelaide Bonfamille, junto con su mayordomo Inglés, Edgar Balthazar. Ella pronto le transmite su última voluntad a su abogado, Georges Hautecourt - un excéntrico viejo amigo de la misma edad que ella - manifestando que ella desea que el "fiel" Edgar cuide de sus queridos gatos hasta que mueran. Sólo entonces heredará la fortuna para sí mismo. Edgar escucha esto desde su propia habitación y cree que ya estará muerto antes de heredar la fortuna de la señora Adelaida, y así planea eliminar a los gatos para heredar su fortuna (sin pensar claramente en que el heredaría realmente el dinero para poder cuidar a los gatos) Edgar seda los gatos poniendo una botella entera de pastillas para dormir en su comida y luego se dirige hacia el campo para librarse de ellos. Sin embargo, dos perros de caza llamados Napoleón y Lafayette lo atacan. Después del conflicto, Edgar escapa, dejando atrás su paraguas, sombrero, la canasta de los gatos y el sidecar de su motocicleta en el proceso. Los gatos se quedan solos y con miedo en el campo, mientras que la señora Adelaida, Roquefort el ratón y Frou Frou la yegua descubren su ausencia. Por la mañana, la Duquesa se encuentra con un gato callejero llamado Thomas O'Malley del Beberal, que se ofrece a guiarla a ella y los gatitos a París. Para regresar a la ciudad, hacen autostop brevemente en la parte posterior de un camión de leche antes de ser ahuyentados por el conductor. Posteriormente Marie cae en un río y es salvada por O'Malley. A continuación, un par de gansos blancos británicos, Amelia y Abigail Gabble, rescatan a O'Malley y se unen a ellos en su trayecto hacia París, donde se reúnen con su ebrio Tío Waldo. Abigail y Amelia llevan a Waldo a casa. Viajando a través de los tejados de la ciudad, los gatos se encuentran con Scat Cat y su banda, amigos cercanos a O'Malley, que cantan "Todo el mundo quiere ser un gato jazz". Después la banda se retira y los gatitos se acuestan en la cama. O'Malley y Duquesa pasan la noche en una azotea y hablando, mientras que los gatitos escuchan en un alféizar. Thomas le pide que se queden con él en las calles de París. De mala gana, Duquesa le responde tristemente, que debe permanecer leal a su ama, Madame Adelaide, ya que ella los ama y es realmente infeliz sin ellos, ya que se siente muy sola. Thomas lo comprende y se compromete a llevarlos a su casa de nuevo. Los gatitos, que escuchan desde el alféizar, están decepcionados, ya que querían tener un padre otra vez, aunque ellos también quieren volver a casa. Edgar, por su parte, recupera su sidecar, paraguas, y el sombrero de Napoleón y Layafette con cierta dificultad.
"Todo el mundo quiere ser un gato jazz" (tema de la banda sonora)
Los gatos vuelven a la mansión, tras lo cuál se marcha O'Malley tristemente después de que él y Duquesa compartan un momento de triste despedida. Edgar ve a Duquesa y los gatitos y los captura, los coloca en un saco y brevemente los esconde en un horno. Los gatos dicen a Roquefort que debe alcanzar a O'Malley y pedir ayuda. O'Malley vuelve de nuevo a la mansión y ordena a Roquefort encontrar Scat Cat y su pandilla para conseguir más ayuda. Edgar mete a los gatos en un baúl para enviarlos a Tombuctú, África. O'Malley, Scat Cat y su pandilla, y Frou Frou luchan contra Edgar, mientras Roquefort libera a Duquesa y los gatitos. Al final, Edgar termina encerrado dentro del baúl, y se envía a sí mismo Tombuctú. La señora Adelaida reescribe su testamento excluyendo a Edgar e incluyendo al recién adoptado O'Malley, y funda una organización de caridad que proporciona un hogar para todos los gatos callejeros de París. La gran apertura de la misma, a la que la mayoría de los personajes principales vienen, cuenta con la banda de Scat Cat, que realizan una repetición de "Todo el mundo quiere ser un gato jazz", en la que intervienen todos los animales de la película.
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